LLegamos demasiado pronto
antes de que, el azul de la nada,
borrara la luna y destapara el cielo.
Cuando el eco espanta el silencio
y la ciudad se olvide como era
aquél brillo dorado en tu mirada.
Llegamos demasiado pronto,
tan pronto, que tú ya no estabas.
Hermoso y dulce poema que da la sorpresa al final y acompaña con su delicada ternura a este Nocturno de Chopin que conmueve al alma y la hace sacar hacia afuera una desilusionada y solitaria sonrisa. Gracias por ello, un abrazo
Inspirado por unos irresistibles versos de Paz en – Elcorazóndelmar- , cedí ante la tentación. Un abrazo.
A veces también demasiado tarde, aunque, como dijo el poeta, nunca es demasiado tarde. Gracias y un abrazo.
Gracias Paz. Dijo uno que no quería ser poeta: Odio la poesía porque me duele en cada uno de los versos.
Duele y mucho. No siempre el poeta es un fingidor, sí que pueda oarecerlo
… aunque pueda parecerlo. Perdona.
Nada que perdonar.
Parece que después escribía novelas que permiten ocultar la verdad entre los pliegues de una historia fingida.
Muy bonito. Tiene alor a jazmin que se marchita y dejó su perfume en el aire.
Un aroma muy especial. Gracias Naví.
De nada Carlos. Gracias por tu poema.
Oh, qué maravilla, Carlos, precioso.
Un besote
Muchas gracias Luna. Un besazo.
Qué bonito, Carlos…
Muchas gracias Mayte, son los versos de Paz que conmueven a menudo.
Estupendo, Carlos.
Un abrazo.
Muchas gracias Isabel. La maestría es tuya! Un abrazo.
Bonito poema, Carlos.
Besos
Muchas gracias Paloma sólo sigo pasos ajenos. Un besazo.
Precioso, muy bello. Un abrazo
Muchas gracias Don Carlos. Un abrazo.
Qué bonito, Carlos, me conmueve.
Un fuerte abrazo
Muchas gracias Lola. Un abrazo.
Precioso, Carlos. Se te da bien esto de la poesía. Saludos.
Muchas gracias Ana, pero sólo sigo un sendero ajeno. Un saludo.