El bosquecillo junto a la antigua estación de tren, es lo más parecido a una pista de aterrizaje para cargar los doscientos estudiantes, completar la capacidad de la nave y alcanzar mis objetivos. Queda comprobar la discreción de la operación.
Tren procedente de Valladolid destino Madrid estacionado en via dos. Electromotor procedente de Salamanca hará entrada vía tres, se ruega a los señores pasajeros utilicen paso inferior.
Sobre el andén común, el apresurado cruce de maletas oculta que el segundo convoy llegó vacío, pasadas unas horas, algunos padres intentarán contactar sin éxito con los pioneros ahora destinados al sistema Arturo.
Gran relato.
Feliz domingo, Carlos.
Muchas gracias Isabel. Feliz Domingo también para ti. Un abrazo.
Vaya, qué inquietante… nos quedamos sin saber dónde van a parar esos 200 estudiantes. Y para qué los quieren… ¿Sistema Arturo? Eso sí que me descoloca, suena a un sistema extraterrestre.
Ahora entiendo cuando me has dicho que había «nacido un cuento», pues ahí tienes el inicio de algo mucho mayor. A ver si te animas a darle forma 😉
Muchas gracias por participar, Carlos.
Besazo
Muchas gracias Lídia, meter de rondón a doscientos estudiantes en cien palabras, supera en mucho los conocimientos literarios de un viejo mirón. Un besazo.
Ahí le andamos.
jajaja Tú siempre tan locuaz 😉
Si no lo he entendido mal, a los adolescentes los han mandado muy pero que muy lejos.
Esto de escribir un texto con unas pocas palabras sí que me parece difícil.
Abrazo, Carlos
Muchas gracias Paloma, cuando uno enfrenta un reto así, a priori parece imposible, pero luego se pone a escribir superando el límite de largo y cuando comienza a recortar, la sisa por aquí, el faldón por allá, y a suprimir los dobladillos, la prenda entra, aunque parezca que desborda y ya ni se sabe si es moda, o es la guerra. Un abrazo.
Oh! Que susto… Ya sé que si voy a Salamanca no debo tomar el Electromotor porque seguro me lleva a otra galaxia. Un relato muy interesante! Saludos virtuales 🐾
Muchas gracias por venir y comentar Rosa. El automotor de Salamanca es toda una institución intergaláctica. Sí. Jajaja.
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