¿Forman ustedes parte fundamental de la delicada descendencia de hidalgos, unos cuyo nombre figure en los anales del tiempo de los Suevos? ¿Recorren la galería del pazo familiar bajo la atenta mirada de ancestros y ancestras, que aguardan pacientemente a que cometan gestas, o gestos, inolvidables para prolongar indefinidamente la gloria de su apellido? ¿O en su defecto a que contraigan nupcias con acaudalados consortes? ¡O consortas!
Podrían salvar al reino de Portugal, matria y patria vieja donde las haya, de sufrir de nuevo la invasión de huestes castellanas al mando de cualquier perillán sucesor de Lope de Aguirre, por mal nombre La Cólera de Dios. Un señero buscador de oro, oriundo de la noble y hermosa Oñati, dicen. ¡A mi también me mola el asunto!
Hasta que de repente se me quitan las ansias de gloria y sueño con alcanzar la dignidad de un sencillo diputado o el modesto encargo de senador del estado con aspiraciones de ser nombrado ministro del ramo, ¿Total que les cuesta pagar a otro? A poder ser ministro de la imaginación y encargado de la vigilancia y mejora del estado de salud literario de este nuestro idioma.
Vamos al final. que además de algunos retratos, esta obra contiene apuntes sobre una interesante descripción de modos y costumbres histórica del inicio del pasado siglo, algo que los habitantes de esta democrática Iberia deberíamos tener siempre presentes. ¡Ojo vigilen a esos hijosdalgo que, espada en mano, siempre están dispuestos a volver!
Pues me estaba yo amodorrando hasta que he leído Oñati y te has ganado toda mi atención. 🙂
Hola Luna, confieso que la frase iba teledirigida. Un besazo.
He caído muy bajo, vivo en el sótano
Que sepas que Oñati y yo dentro (toldo abajo, toldo arriba) te estamos esperando para acompañarte a hacer unas estupendas fotos.
Ya subirás, ya. 🙂
¡Un besote!
Es verdad que los títulos nobiliarios han sido (hasta cierto punto) sustituídos por cargos públicos. Algunos nobles y familias de alcurnia habrá empobrecidas (supongo) mientras algunos funcionarios se dan vida de rey. Si, definitivamente un cargo público estaría mejor *sarcasmo* Saludos…
Muchas gracias Ana. De la santidad de la curia hereditaria y la pureza de la sangre azul. A la democrática sucesión de intereses comunes y la participación electoral, pocas novedades llegan a favor de la servidumbre. Un saludo.
De esa herencia no entiendo mucho, más allá todos parecen en cierta forma muy similares, sin importar si son nobles, funcionarios o vienen de la alcurnia, en una parte algunos de ellos son los que manejan el mundo, cambiando la piel pero no las formas. Un abrazo
Muchas gracias Themis. Acá decimos que son los mismos perros con distinto collar. Al fin y al cabo alguien tiene que recoger el dinero sobrante. Verdad? Un abrazo.
Ministro de la imaginación no es mala cosa, Carlos, ¿Hay que votar?
Besos
Muchas gracias Lola. Parece ser que sólo se llega a ministrable por designación directa. Ojalá pudiésemos opinar. Un besazo.