La casa de los ajos es un museo próximo a Alexanderplatz con entrada gratuita, en ella se conserva la vivienda de una familia acomodada tal cual era hace doscientos años.
A veces considero si toda posesión se fundamenta en el sufrimiento de aquellos a los que les es hurtada y cual derecho divino nos autoriza a poseer un trozo de la superficie del planeta para uso exclusivo. Levantar ahí una vivienda privada y dotarla de la mayoría de comodidades posibles.
Sobre todo cuando la usurpación del común acaso fuera en pago por el uso de las armas a favor del bando invasor, y quizás en contra de un pacifico matriarcado migratorio que practicaba el uso temporal de la tierra. O sea que si has perdido, ajo-derse y agua-ntarse tocan.
Es bueno para bajar de peso.
Gracias Naví, dicen que vivir en una casa con escalera supone un kilo menos, sí. Un abrazo.
Ajo y agua te ayudan a bajar de peso, lo tengo comprobado. Abrazo, cuidate.
Lo tendré en cuenta, gracias. Jajaja.
La verdad es que la historia que cuentas es interesante, como todo lo que tú traes Carlos, pero la casa es muy bonita.
Me encantan todos esos sitios que visitas y el detalle de acercarnos a ellos y contarnos un poco si historia.
Gracias por tus aportes culturales, son geniales.
Un beso.
Muchas gracias Yvonne, creo que la alternativa a la vivienda sería vivir en una Yurta en medio del páramo y olvidarse de lo bueno que es tener un hospital a mano. Un abrazo.
Tal vez un tiempo si Carlos, pero vivir siempre… No sé si yo lo aguantaría, ya no por el hospital, si no por la excesiva soledad.
Un abrazo mi querido amigo.
¡Vaya casa!, así es, lo que a unos les sobra es porque a otros les falta. Un abrazo
Muchas gracias Themis, y así es como a todos nos tiene atrapados la economía en la que si no juegas, ya pierdes. Un abrazo.
Y así siempre. No sé si alguna vez cambiará.
La casa es preciosa, por cierto.
Besos, Carlos
Muchas gracias Paloma, a esta casa le meto un par de cuartos de baño, una reforma en la cocina, en unos ratos libres y menudo nido me queda para tener sucursal en todo el centro de Berlín. Jajaja. Un beso.
Que buen recorrido.
Gracias por llevarme al museo querido Carlos!
Un abrazote
Muchas gracias Awilda, los museos son estupendos para conocer aquello que fue. Un besazo.
¿Por qué es la casa de los ajos? Me encanta el escritorio.
Un besote
Gracias Luna, eso mismo preguntamos, Knoblauch era el apellido del propietario y significa ajo. A mi también me encanta, parece que cuando se abre brota la inspiración del interior. Un besazo.
Don Knoblauch lo tenía tan claro como tu. De ahí le viene el nombre.
Un abrazo
Muchas gracias Uno, es tu experiencia la que ilumina el presente y desvela el pasado. Un abrazo.
Hola, Carlos, te cojo prestada la foto del «escritorio». ¡Gracias! 😉
Será un segunda oportunidad magnífica. Gracias Luna. Un besazo.