Que poco tiene que ver con el invento del insigne Volta al que tanto debemos en la constante lucha contra la oscuridad.
Llegados los días soleados desde la aldea cercana parten en procesión una docena de señoras dispuestas a aprovechar la ocasión y a desarrollar la dura labor de iluminar las prendas de ropa que distinguen, al menos por la cubierta exterior al hombre del animal, se introduce la portilla de madera en la ranura y al poco ya retiene agua clara suficiente, a partir de ese instante todo el día será restregar, golpear y aclarar hasta recuperar la tela el blanco inmaculado, el resto ya será cosa de esperar a que la acción combinada de ambos elementos pongan punto final a la dura tarea.
- ¿Y tú que vas a ser de mayor Maruxiña?
- Maestra en la capital o doctora -aclara- Donde en lugar de lavanderas, hay lavadoras.

F/7,1 1/800s ISO-200 18mm. San Martin de Duyo
Genial! Así cantaba cuando estaba pequeña. Fui a lavar a los ríos, es así mismo.
Muchas gracias Concordia. Me alegra haber aportado un recuerdo. Un abrazo.
Es un bello recuerdo, eso no tiene comparación, sentir el agua cantando sobre el cuerpo y seguir algún renacuajo dentro del agua, atraparlos, soltarlos, flotar y no pensar, solo sentir.
Y ahora también secadoras.
Creo que los lavaderos tienen un encanto especial, aunque no pensarán lo mismo las que los usaban… Supongo que el de tu foto tuvo techo en su tiempo.
Un besote
Gracias Luna, pues es verdad, debería haber añadido una secadora. Supongo que si tuvo una techumbre sería de madera y heno y ha desaparecido, este está en una pequeña aldea y como los hombres no lavan, no creo que el presupuesto municipal diera para uno de piedra. Un besazo.
Me gusta tu recuerdo y la imagen que nos muestras. Siento una especial atracción por ellos, siempre los fotografío. Muchas gracias y feliz domingo.
Muchas gracias a ti Isabel. este permanece junto a un molino, ambos testigos de un pasado inmediato fuera de servicio, que apenas se tiene en pie. Un abrazo.
Ge ial la foto, ahora sería una lavandería, pero a veces se nos olvida como se vivía no hace tanto. Un abrazo Carlos.
Gracias Francisco, en efecto un lavadero como este era un lujo no hace mucho tiempo. Un abrazo.
Y no veas intentar lavar en ellos con los hielos del invierno.. oufff 😉
Gracias Mamen Ufff, esta es una de tantas desagradables labores exclusivas de la mujer. Un beso.
Muy pero muy simpático, te saca una gran sonrisa, un abrazo
Muchas gracias Themis, he conocido esos lavaderos en plena actividad cuando en lo rural no había agua ni electricidad en las casas. El quinque de petroleo y el barreño de cinc debían bastar. Un abrazo.
Duras vidas las de las mujeres de antes, todo a mano con aguas frías y a base de mucho esfuerzo.
Menos mal que ya hay máquinas.
Ahora los lavaderos están preciosos en tus fotos y para el recuerdo.
Magnífica está toma Carlos, un beso. 😘🙋🏼♀️
Muchas gracias Yvonne, mucho debieron lavar el cerebro para que ellas fueran contentas a realizar tareas domésticas. Menos mal que algo de provecho sacamos del progreso. Un beso.
Algo si, pero queda mucho camino por andar…