Algunas noches, casi enfrentando la madrugada, se elevan algas fosforescentes desde el fondo del mar, quizás atraídas por algún magnetismo natural que las impulsa a tomar esa decisión, detrás de ellas miles de calamares acuden con la intención de darse un gran festín. O quizás no sea así y resulte todo lo contrario. Bien conocen los pescadores que esos cefalópodos, además de tener la cabeza llena de pies, son animales con profundas convicciones y poco dados a mudar de costumbres.
Tal cual algunos seres humanos que necesitan apoyar su existencia sobre tres o cuatro conceptos fundamentales, que las más de las veces convierten en gruesos zapatos de plomo, los cuales les impiden mudar de posición y acaban metidos en un balde sin otra posible escapatoria diferente al paso por la cazuela o el rebozado en la sartén.
Muy bueno. El mundo está lleno de cefalópodos de este tipo.
Muchas gracias Mª Yolanda, Lo peor que les sucede es que no saben reaccionar cuando les toca pasar por la plancha. Y ahí se quedan, hasta que están bien tostaditos. Un beso.
Preciosa toma.
Descalzarse no hace mal a veces…
Muchas gracias. Es una fotografía de antes del desayuno y ni una gota de café en las venas. ¿Descalzarse? ¿Sabes que me pillé un catarro? Un beso.
Cosas que pasan…sobre todo si estamos con las defensas bajas ja.
Abrazo.
Muy buena entrada y la foto preciosa. ¿Y los pobres calamares? en fin, mira que están ricos de cualquier manera. Un abrazo
Muchas gracias Carlos. Con éste asunto del cambio climático, se perdió la semilla de almeja, no hallé percebes en el mercado, tampoco ricas navajas y me quedé sin catarlos porqué los del cabo, cotizaban a 10,80 euros. Entretanto bajan habrá que disfrutar de los mejillones. Sera otra vez. Un abrazo.
Muy cierto! Algunos son cefalópodos con zapatos de plomo y otros, directamente árboles… Abandonar la zona de confort cuesta mucho, pero es clave para superar ciertas circunstancias de la vida. Un saludo
Muchas gracias por venir y comentar Lídia. Cualquier analogía es válida para señalar que debemos adaptarnos a las circunstancias. Ese tema de la zona de confort me tuvo confundido durante un tiempo, incluso comencé a mirar de soslayo al pobre sillón, restaurado y retapizado, que recoje mis huesos durante el invierno. Luego descubrí, gracias a vosotros, que se trata de algo muy distinto. Un beso
¡Pobre sillón! Seguro que es muy confortable. Pero como bien dices, nada tiene que ver con la «zona de confort». La vida es un aprendizaje, Carlos y si podemos compartirlo con los demás, mejor! Por eso me alegra formar parte de la comunidad blogger, porque a mí también me aporta mucho!! Un abrazo! 😊
Gracias. Aprender todo y de todo es una de mis tareas preferidas. Ahora en fase de estudio para elaborar el pan a base de masa madre. Un beso.
As algas viven no Mediterráneo? Ou é o Atlántico?
Que praia é esta?
Olá Sílvia, acho algas vivem em todas as águas de todos os mares. Embora eu não tenho certeza. Muitos são comestíveis, como mar alface. A praia é Lagosteira na Costa da Morte é a região mais ocidental da Europa, com vista para o Atlântico e tem muitos espaços em estado selvagem. Um abraço.
Obrigada por me esclarecer… Beijo!
Por desgracia me considero uno de esos seres humanos, aunque no me gustaría seguir siendo como soy. Mi fiel amigo Carlos es siempre un honor leerte. Besos a tu alma.
Muchas gracias María del Mar. Creo que se puede cambiar y aceptar las mudanzas con alegría, poco a poco y sin prisas, Hubo un guerrilero al que llamaban El Empecinado y creo que por eso mismo no le fue demasiado bien. Un beso.
Qué belleza de foto y qué estupenda reflexión.
Un abrazo
Me alegra mucho leer tu opinión y además me aníma el otoño. Muchas gracias.