Y es que pregunta uno, preocupado ¿Adónde vamos? Y eso me induce a pensar y a reflexionar, ¿Y si caminamos hacía una nueva edad media, una época oscura en la que el saber se va a replegar sobre si mismo, como ocurría en los antiguos monasterios y va a provocar un retroceso cultural, en el que la razón se verá remplazada por creencias y supersticiones? En eso pensaba por entretener tu ausencia. Tú te has fijado, seguro que si, en la diferencia existente entre las ciudades romanas y las urbes medievales. La perfección que alzcanzó la escultura y los deformes bodrios del románico, o en la cumbre filosófica clásica a cuyas fuentes aún acudimos en busca de la razón de la existencia y la doctrinaria literatura monacal. Enormes pasos dados hacia atrás desde el poema homérico al cantar de gesta.
Llegan noticias desde un universo desconocido, que casí nadie comprende, las verdades se nos escurren entre los dedos, no hace falta que inventen mentiras para los que sólo sabemos entender la verdad como parte de un proceso mágico, cuyo funcionamiento ignoramos, pero que nos deja patidifusos cuando maravillados asistimos a algunos sorpendentes resultados técnicos.
Algo hemos aprendido sobre el funcionamiento de las sociedades cuando se ven sometidas a presión, como las ovejas, los hombres tienden a agruparse y a orientarse en el mismo sentido, aunque sea de frente a un barranco. Y a obedecer lo que propugna un pastor, las consecuencias que un solo ser humano puede desencadenar mediante sus actos, me hacen creer en que el azar y no la razón meditada gobiernan el futuro de los pueblos. Mussolini, Hitler y una larga lista, de la que venimos hablando, con tantos otros nombres de desalmados que predicaban el bien y practicaban la maldad. Y a convicción de que no se hará justicia a la mayoría de las víctimas ni se producirá jamás la necesaria compensación moral. Me hacen temer que muchos de los siete mil trescientos millones de humanos que habitamos el planeta, caminamos hacia un imprevisible desastre seguro. ¿Adonde vamos pues? A trabajar para qué nunca suceda lo que ocurrirá de todas formas. Ahora la imagen.
La Ilustración y después el socialismo (igual marxismo que anarquismo) confiaron en que la historia siempre era un avance hacia delante en el sentido de que la humanidad siempre mejoraba lo anterior. No es así. Tú pones algunos ejemplos claros y yo siempre te comento que en el caso de mirar con ojos de mujer hay épocas consideradas de avance que son de retroceso para ellas.
Mi escepticismo crece y crece, cada vez confío menos en que el ser humano saque conclusiones sobre hechos pasados para no tropezar en piedras similares. Cierto que la historia nunca se repite, pero las actitudes de las personas, sus comportamientos morales, etc., sí.
Bueno, no me gusta el pesimismo pero…. bonita música.
Abrazos!!
No es pesimismo, es ser conscientes de que necesitamos de la esperanza como la mejor herramienta para sobrevivir y que aprender de los hechos sucedidos nos mantendrá lejos de esos caminos del terror. La posición de ser mujer en el mundo de siempre. Que escasos avances hemos podido contemplar. ¿Verdad? A ver si entre todos y todas le damos un buen empujón. Un beso.
Un pasito p´alante , un pasito p´atrás… Eso parece ser que se sabe en Puerto Rico desde que el mundo es mundo. Yo lo que creo es que se han acelerado los ciclos.
Un abrazo
Pues a lo mejor esa es la cuestión, pero el horror parece que no retrocede y es un buen negocio para algunos. Hasta que los costes superen a los beneficios. Ahí se acabará ese cuento. Un abrazo.