Hoy se ve que hemos ido coincidiendo la masa compradora en los mismos lugares y a idénticas horas, en la panadería no estaba al mando Maria Jesús y la sustituta se desenvolvía en estos menesteres de panes, bollos y pasteles con menor destreza, a los cuatro gatos que aguardábamos turno nos ha tocado una pequeña espera, la cosa iba más o menos organizada, delante de mí un caballero se ve que con hambre tecleaba sin descanso mensajes en el móvil, pidiendo delante de él un señor seguro que forastero, que preguntaba por las diferentes opciones y productos, tras de mí un señor con cara de vinagre y después una guapa mama con niña de unos cinco años, siempre impaciente, ya saben, para los niños de esa edad un minuto equivale a toda una vida y pedía con insistencia: “Mama volvámonos a nuestro coche”. Los últimos recién llegados dos seguros jubilados que de inmediato se han puesto a criticar la ausencia de la dependienta más experta, uno no ha podido menos que comentar que como es domingo no debería ser día para prisas, esos dos que me oyeron discordante, ya no me hablaron más; luego me interesé por el estado de la pequeña: “Es que está mala con fiebre, me dijo la madre”. Vaya por dios dije, pues ahora crecerá algo y tendrá que comprarle una botas nuevas, oído eso los pequeños ojítos se abrieron esperanzados; pase usted delante le dije y así será menor la infantil tortura, pues gracias, sí solo quiero una barra de pan; rápido se manifiesta el acético advenedizo que con esa alteración veía amenazado su turno, yo también sólo quiero el pan y estaba antes, manifestó altivo; o sea que a su interesado entender prevalecía la cola sobre la humanidad y por evitar discusiones y mantener el nivel de corrección, el turno se ha respetado de forma escrupulosa, lo de mujeres y niños primero me parece que ha desaparecido del manual de usos y costumbres desde que se suprimieron en la escuela los libros de urbanidad y se han sustituido por educación para la ciudadanía.
Me viene a la cabeza esa imagen de la señora de unos 40 y tantos que se quiere colar a toda costa en el super..
Uy, las hay más mucho peligrosas a medida que su edad progresa y se cuelan haciendo la sueca, piensa que a esa edad que citas, para mí casi son unas jovencitas y comprendo que estando tan atareadas necesitan exprimir cada minuto, yo se lo cobro en piropos.